Imagina que tu pequeño está en la escuela primaria tratando de encontrar la mejor manera de resolver un problema de matemáticas, cuando su maestra le muestra otra forma de abordarlo. Él analiza el problema desde esa nueva perspectiva y lo resuelve. Más tarde, sale al recreo esperando jugar fútbol porque eso es lo que él y sus amigos acordaron hacer mientras comían. Cuando él sale, sus amigos empiezan otro juego diferente. Aunque está decepcionado porque quería jugar fútbol, decide seguir la corriente y unirse al juego.
Estos son ejemplos de flexibilidad cognitiva, parte de un conjunto más amplio de habilidades cognitivas que son centrales en todo lo que hacemos diariamente.
¿Por qué la flexibilidad cognitiva es importante?
La flexibilidad cognitiva nos permite:
1) Pensar sobre cualquier tema de una manera nueva y diferente (pensamiento flexible).
2) Seguir la corriente cuando las expectativas cambian (cambio de modo).
La flexibilidad cognitiva es fundamental para el aprendizaje, la resolución de problemas, la creatividad, la interacción social y el humor.
Los niños que tienen problemas para desarrollar la flexibilidad cognitiva puede que:
- Intenten repetidamente resolver el mismo problema de la misma forma, aunque el enfoque o método no funcione.
- Tengan reacciones demasiado emotivas ante cosas o situaciones inesperadas.
- Les cueste mucho trabajo hacer la transición de una a otra actividad.
¿Cómo puedes promover la flexibilidad cognitiva en la pequeña infancia?
La flexibilidad cognitiva comienza a cobrar importancia durante los años preescolares, pero hay formas de empezar desde ahora a promoverla en la educación de los más pequeños:
Permite tiempo suficiente para que el niño se mueva libremente y juegue, pues son momentos perfectos para aprender a tratar y ver las cosas de diferentes maneras para lograr sus objetivos.
Prueba las actividades de nuestro programa BabySparks, incluyendo:
- Usando materiales de varias maneras, Notando los cambios, y Similares y Diferentes I y II – todas actividades que introducen a los niños en la idea de ver las cosas de nuevas y diferentes maneras.
- Juegos de Roles. Estas actividades, junto con otras alternativas de juego simbólico, te ofrecen muchas formas de enseñar al niño a ver las cosas de diferentes maneras. ¿Cuántas formas tienes para jugar con una piedra? ¿Cuántos objetos puedes usar para simular un teléfono?
- Leyendo. Todas nuestras actividades de lectura introducen aspectos de flexibilidad cognitiva como los matices en el lenguaje, la toma de perspectiva y el humor.
Cuando tu pequeño tenga dificultades a la hora de solucionar un problema, guíalo hacia nuevas alternativas: Veo que estás tratando de ubicar el cuadrado en el rompecabezas. ¿Existe algún otro lugar dónde ubicarlo?
Cambiar las cosas. Sí, las rutinas son buenas para los niños, pero dentro de esas rutinas puedes incluir pequeñas sorpresas: Un día, en lugar de ir directamente de la cena a la hora del baño, lleva al pequeño afuera para que juegue unos minutos. O cuando salgan de casa, tómale de la mano (o recógelo) y dile: «¡Hoy vamos a caminar de espaldas al auto!” Estos giros inesperados en las actividades diarias le enseñarán a tu pequeño a pensar que está bien hacer las cosas de diferentes maneras.
Da ejemplo. Cuando surjan cosas inesperadas que te descontrolen, una actitud de flexibilidad de tu parte es una manera poderosa de mostrarle a tu pequeño cómo seguir la corriente.
¡Recuerda que los pequeños, hasta cierto punto, son inflexibles! La flexibilidad cognitiva tarda en desarrollarse, pero alimentarla desde el principio ayudará mucho.